Regenerando la empresa 1: sobre el concepto

Comienzo este blog escribiendo una serie de disertaciones sobre las empresas, los emprendedores, la gestión, los recursos etc.,  que denominaré “Regenerando la empresa”. En este primer escrito me gustaría dialogar sobre el concepto de empresa desde una óptica más filosófica que pragmática, y que para mí se ha ido transformando marcado por distintos momentos de mi vida.

¿Que entiendo por empresa?: una persona, o conjunto de personas unidas en torno a un propósito o misión que debe de estar definida por tres elementos: una necesidad social a satisfacer, una tecnología para satisfacerla y un coste que debe de ser rentabilizado, al que llamamos inversión. Esa misión debe de estar acompañada de una visión u objetivo de capitalización de alguno de esos tres elementos, una misión sin visión queda en una utopía difícil de concretar. Por último debe de poseer unos valores que le den un sentido y dirección, ya que una misión desprovista de valores (los cuales establecen un marco ético) puede llevar a la empresa por rumbos peligrosos. Los valores son los cimientos de la convivencia en el grupo y de la futura atracción de personas hacia la empresa.

Muchos de nosotros ya conocemos esta definición esencial de la empresa, pero quiero puntualizar mi debate en tres aspectos que se centran en las vivencias que poseo y que puedo transmitir.

1º.- Los emprendimientos y las empresas son algo natural. De mis experiencias y conocimientos de la naturaleza de los seres vivos he aprendido que este concepto es tan antiguo como la propia humanidad, y por más que lo hayamos desnaturalizado viene ya inserto en nuestra herencia genética y en nuestra herencia cultural. Pablo Herreros Ubalde trata el tema muy bien en sus presentaciones y escritos.

Nosotros los monos desnudos, somos un eslabón más en la cadena energética de la vida, y si tenemos el objetivo de sobrevivir, crecer y perdurar, no es más que el instinto natural de cualquier ser vivo. Por tanto todas las acciones y emprendimientos hechos por las personas son para la humanidad, para su desarrollo, su reproducción y su legado.

Esa ley natural no la podemos cambiar. A veces pensamos que el “Homo Sapiens” es la única especie que en su evolución ha violado los límites naturales. No creo que lo hayamos hecho. Estamos en la naturaleza, somos parte de ella y por tanto, nos regimos por sus leyes. Recomiendo leer a Nicholas Georgescu-Roegen y su teoría sobre la Bio-economía.

Los grandes pensadores acerca de la evolución,  Darwin y Kropotkin en un inicio y Lynn Margulis en nuestra época , nos han ayudado a entender que la estrategia fundamental que hemos utilizado en este camino evolutivo ha sido la sociabilidad, la fuerte tendencia al apoyo mutuo, el mandato cultural (que no genético) de formar equipo.

El concepto de empresa, por tanto como una acción más del hombre se ajusta a estos patrones de cultura grupal. Desde el inicio de la humanidad ha habido grupos de personas unidos en pos de una misión, es decir, ha habido empresas.

2º.- La empresa necesita de líderes o personas que las promuevan. La evolución de la humanidad necesita de líderes emprendedores (emprender significa comenzar a prender), que inicien empresas con una gran misión definida por la satisfacción de una necesidad social muy globalizadora, apoyadas en un gran descubrimiento tecnológico y con un enorme esfuerzo de inversión o coste que suponga a posteriori un gran beneficio (espiritual o material).

Estos líderes han de ser visionarios, es decir, ambiciosos en unos objetivos que otros pueden ver muy lejanos, y en la capitalización de los recursos que otros pueden ver insuficientes. Esa visión puede y debe acabar construyendo unos valores culturales beneficiosos para la comunidad.

Este liderazgo puede ser compartido por varias personas y también es algo temporal para un individuo. Cuanto más ambiciosa es una misión y mientras duren la necesidad, la tecnología y la inversión, las personas que ejecutan el liderazgo pueden seguir haciéndolo. Pero en cuanto la misión esté cumplida o alguno de esos tres elementos no perduren, ese liderazgo debe de ser sustituido por otras personas que traigan una visión con objetivos  transformadores, que puedan ampliar la misión de la empresa y que ayuden a la renovación de los valores.

Regenerando1

3º.- La empresa es un concepto uniforme para cualquier organización humana. Bajo esta óptica, en mi definición empresa, cabe cualquier tipo de organización, basta que ésta tenga una misión definida (para qué está) una visión clara (a dónde va) y unos valores explícitos (por qué está). Por tanto considero empresas, organizaciones tales como ONG’s, ONL’s, fundaciones, partidos políticos, comunidades religiosas, movimientos culturales etc.

Los propósitos o misiones pueden ser diversos pero creo que intentar distinguirlos tanto o ponerle un sello de diferencia (una empresa social, capitalista, comercial, cooperativa etc.) no trae más que confusión y complejidad, porque en esencia la clave de un emprendimiento es el mismo.

Podremos discutir sobre si las misiones son acertadas, justas, dignas, éticas o no, etc., y de eso hablaré en el siguiente artículo, pero de hecho, en mis experiencias con empresas de las denominadas capitalistas, no me ha sido raro encontrar emprendedores sociales. Es más creo que en muchos de los casos  las empresas capitalistas han sido fundadas con un sentido social (enfocadas a obtener un beneficio hacia el bien común) y que el beneficio individual, viene como consecuencia de la buena gestión del emprendimiento.

También en mis experiencias con asociaciones, comunidades religiosas, movimientos etc. de las denominadas empresas sociales he constatado que necesitan esa parte de tecnología y rentabilización de la inversión.  Una ONG, una ONL, una fundación, una  comunidad, etc., debe de gestionar sus recursos para poder llegar a cumplir su misión. ¡Ah! y también me he encontrado en estas organizaciones con especuladores que obtienen un beneficio individual a costa del bien común. Entonces ¿estamos o no ante una igualdad en los conceptos? Yo creo que sí.

 

Por último, dos comentarios ahora que estoy iniciando mis sesiones del 2015 como profesor de diversos Master en Escuelas de Negocio

Uno a modo de recomendación mía: sino tiene todo esto claro no haga de emprendedor. No emprenda, mejor préndase en algún emprendedor que lo tenga claro y que coincida con sus ideas.

Y otro que coincide con lo que Julen Iturbe expone en su artículo “Escuelas de Negocios, el infierno de la vieja economía”, y al que os remito para que leáis.

4 comentarios
  1. Andrés López Fernández
    Andrés López Fernández Dice:

    Enhorabuena por poner esto en marcha, Pepe.

    Estoy de acuerdo en que hay que recuperar -y hasta redimir y ennoblecer- el concepto de empresa. También estoy de acuerdo en que no toda empresa capitalista en «canalla» ni que toda empresa «social» no lo sea. Solo puntualizaría que para mi una empresa (emprendimiento) que no ponga el beneficio económico por encima de cualquier otro beneficio (social, bien común, etcétera) en estos momentos momentos, sin dejar de ser una empresa que se mueve dentro del «capitalismo», viene a atentar de algún modo contra él. Pero sin duda esa es la apuesta. Quedo impaciente a la espera de tus próximos escritos
    Abrazos

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  2. Julen
    Julen Dice:

    Siendo natural como dices que debería ser, el caso es que hoy mucha gente emprende «por necesidad». Y esto condiciona la interpretación que hacemos del concepto «empresa». No me queda nada claro que sea «empresas» lo que hay que montar hoy en día. A lo mejor hay que buscar otro término. No sé. Demasiado ruido en escena 🙂

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    • Jose Valcarcel Sanchez
      Jose Valcarcel Sanchez Dice:

      Pues se podría cambiar el nombre como dices, al final el origen etimológico de las palabras en el lenguaje se va transformando, pero creo que el concepto básico sería el mismo.

      Responder

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